lunes, 22 de junio de 2009

De Noche





Por las noches bebo botellas de insomnio, aprieto fuertemente la almohada ante el pinchazo de la aguja que me inyecta una sobredosis de realidad y me dejo ir ante el efluvio de imágenes que se presentan como si se tratara de una película mal editada. Desde mi ventana no se mira ningún horizonte, todo se extiende buscando un límite que nunca aparece.

La noche se presta para el pecado, siempre existe la posibilidad de inventar nuevas maneras, inútiles en su mayoría, de reprochar al todopoderoso su inefable creación, reinventar el tiempo, rebelarse de su monótona sincronía, relativizarlo hasta volvernos eternos y corromper las únicas formas de entablar un diálogo con lo sagrado. A veces, puedo comer manzanas hasta la indigestión, o tomar sangre, la que sólo a él le es concedida, o tirarme desde un acantilado, lo hice tantas veces... caminar sobre las aguas y transgredir las fronteras de la muerte. La noche se presta para la guerra, al intercambio de sordas órdenes que ejecutan soldados mudos, a la desaparición de fronteras y a la incursión de ejércitos negros sobre tierras áridas y polvorientas que han visto más de mil batallas y han absorbido una dosis de sangre que reclama cada tiempo una víctima más. La noche se presta para el espanto, el soliloquio de un profeta que se esconde en un templo vacío, de fe, de milagros y de verdad. Yo lo veo todo desde mi ventana y me convierto en un juez que mira a todos pequeñitos y rapaces, como escarabajos cargados de desechos que se vuelven esclavos de sus prendas.

Todas las noches han sido tan sólo una noche eterna que nunca da paso al amanecer, una noche entablillada y enferma que agoniza sin acabar de morir. Ese es el peso del insomnio, de la vigilia que se acompaña de un silencio que responde a otro silencio, ese del que todos huyen y duermen para no saber qué gesta la noche en su vientre y cuándo ha de alumbrar ante una luna que sola atestigua lo que va carcomiendo la luz de la aurora, eso que se inflama de soberbia y rabia y hace nido en los corazones dormidos.

Hay poetas que cantan a la noche diáfana y tibia, esa que da cabida al deseo y a la ensoñación, la noche en que todo mal sucumbe y respira solo sueños andantes, la que hace música entre gitanos, rocía los campos, da descanso a los dolientes. Esa noche, camina por encima de los callejones, mira desde las azoteas y avanza hasta que se pierde en un océano en el que todo es cielo o todo es mar.

Yo no conozco más que la noche del pensamiento, la que siembra la duda en el que está por morir, la que otorga un destino a cada cual, la que ronrronea apenas perceptiblemente, esa que infecta con su roce metálico, que nos hace sentir que todo nos pertenece, cuando en realidad no hay nada, nada, nada. Yo he visto cuando todo desaparece, por eso bebo botellas de insomnio. De pronto, todo se va apagando, lentamente, hasta desvanecerse, entonces, miro las correas que me atan a la cama, que también va desapareciendo, sólo yo sé la verdad, veo que todos flotamos en esa noche que ya no es noche ni es nada, cierro mis ojos casi al amanecer, cuando vuelva a abrirlos, todo estará allí de nuevo.

4 comentarios:

Carlos Niebla Becerra dijo...

Mujer lobo :)

Anónimo dijo...

¿Por qué Google sólo tiene 96 resultados al buscar "Penélope Niebla"?

http://www.google.com/search?hl=es&q=%22pen%C3%A9lope+niebla%22&lr=

Resultados 1 - 10 de aproximadamente 92 de "penélope niebla". (0.30 segundos)

Creí que eras escritora.

Espejo de Niebla dijo...

chale, yo presumía que sólo se habían colado 20 entradas en google, pero esa cosa rastrea pese a todo.
Por otro lado, tecleé -mierda- en google y dice:
Resultados de búsqueda 1 - 10 de aproximadamente 1,260,000 de mierda
jejejejeje

Oscar dijo...

Hermoso tu blog!!,visitame y opina de mis preguntas
Te saludo
Oscar de Bs As